domingo, 31 de agosto de 2014

Calambre



Fue hoy, casi como a las cinco de la tarde, no sé si era el dolor de cabeza, del estómago, o del olor desagradable que entraba a mi pieza. O simplemente fueron ambas de las anteriores que me hizo marear de una manera completa. Me refiero que fue como cuando te produce una acidez, que podría tener ahora mismo o no.
Un malestar en mi, entonces tomé agua, tal vez se me calmaba el pensamiento ridículo. Ese de pretender que soy sincera y directa cuando estoy más confundida y también totalmente perdida.
Descarté que era algún bajón de esos que por ahí te agarran queriendo querer a algún pibe. Me reí.
Pasé literalmente el día desde mi cama hasta la silla del comedor. Pensaba si tendría que leer o no, pero no avancé con ello.
Para varear fui a cerrar la ventana - y me encuentro narrando mi vago domingo- en eso afuera estaba rodeado de neblina, densa, el clima pesado, como mi cuerpo y mi -ponele-"loca" de mi mente. Reí de nuevo, porque el aburrimiento te hace entretenerte con cualquier cosa a mano o estupidez que pienses. Por eso mismo, escribí.
Y sin embargo, queriendo hacer que esto "valga la pena" porque otra frase no sé, me había dado cuenta que ese mareo ya se había pasado. Eran las nueve de la noche y ya tenia algo para hacer, se fue esa molestia que me perforó por dentro y todo había comenzado por un tema que me llegaba como si hubiese perdido todo-no se qué, flasheo- y era solo un poco de exageración para que el domingo no fuera sólo eso, domingo.